Presentación:

« Las palabras con las que nombramos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que percibimos o lo que sentimos son más que simplemente palabras. Y por eso las luchas por las palabras, por el significado y por el control de las palabras, por la imposición de ciertas palabras y por el silenciamiento o la desactivación de otras, son luchas en los que se juega algo más que simplemente palabras..»

Jorge Larrosa

sábado, 12 de abril de 2014

Corre


A
brió la liviana puerta de madera, que rechino cortando el pesado silencio de aquel viejo bar.
Puso sobre la mesa una carpeta con cierre de hilo, y sobre ella su hermoso sombrero de ala corta. El sobretodo fue a parar al respaldo de la antigua silla, parte de un mobiliario exquisito, de madera clara, finamente labrados.
Pidió un café y el diario. Cavilaba en pensamientos profundos, cuando el mozo, acerco el pedido. Las delicadeces de aquel servicio lo cautivaban como cliente hacía más de una década, cuando era solo un joven estudiante y se reunía con amigos en largas tertulias intentando cambiar el mundo. El pocillo de asas que emulaban pequeñas hojas, el platito con incrustaciones de nácar, los alfajorcitos de chocolate, el jugo de naranjas recién exprimidas, el vasito con agua cristalina como de deshielo.
Por la ventana empañada podía ver el frio castigando a los transeúntes desprevenidos que habían salido sin tomar las prevenciones para afrontar el cambio de clima.
Sorbió la aromática infusión y apresuradamente, siguiendo un impulso irresistible anoto en la servilleta una palabra, como si fuera la semilla de una idea que no podía darse el lujo de perder, como si con ella se le fuera la vida.
El chirrido precedió la entrada de otro cliente, uno de mirada torva, que el conocía bien, por más que intentara disfrazarse de hombre, la maldad le salía por los poros como un olor pestilente, inundando todo el recinto.
Cruzaron, miradas, antes de que aquel cruel emisario tomara su lugar al otro lado de la sala.
El apuro el vaso, tomo sus cosas y partió sin mirar atrás, olvidando aquel pequeño papel, en la que claramente podía leerse "corre".

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