Presentación:

« Las palabras con las que nombramos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que percibimos o lo que sentimos son más que simplemente palabras. Y por eso las luchas por las palabras, por el significado y por el control de las palabras, por la imposición de ciertas palabras y por el silenciamiento o la desactivación de otras, son luchas en los que se juega algo más que simplemente palabras..»

Jorge Larrosa

jueves, 21 de mayo de 2015

NK

E
ran casi las cinco de la tarde, miraba su reloj nervioshamente. En la parada daba pitadas fuertes y rápidas a su cigarro, mientras iba de un lado a otro bajo la garita, empapelada de posters con la frase ¡¡¡Néstor vive!!!
Por fin desde la esquina vio venir el vetusto colectivo de barrio que hacia el recorrido k, por la calle Kukurucho y lo dejaba, según le habían dicho, cerca de la estación de trenes, que hace poco habían rebautizado con el nombre del prócer.
El viaje fue demasiado corto, tanto que no le dio tiempo a pensar en nada, sus ojos se clavaban en el muñequito de Néstor con la cabecita loca que el chofer llevaba en el torpedo.
Bajo por la escalerilla trasera y cruzo a calle, sin esperar siquiera a orientarse, salió al cruce del primer transeúnte que vio.

Un viejo medio manso que caminaba desgarbado por la tarde otoñal. –Disculpe ameeego, ¿para ir a la estación Néstor Kukurucho? Quiero tomar el tren hasta capital, hoy se inaugura el centro cultural Néstor Kukurucho.
-Ah, bueno, esta medio trasmano eh… Dijo el sexagenario. – Siga caminando por esta callecita, unas 4 cuadras ahí nomás va a ver una avenida, esa es la Néstor Kukurucho, doble nomas en esa a la derecha. De ahí, son dos cuadras hasta el monolito a Néstor, el “sanador”. Cuando llegue, solo tiene que cruzar la calle y frente la iglesia Néstor el “magnánimo”, va a encontrar la estación de trenes Néstor Kukurucho.
-¡Uy! ¡Qué lejos! pensé que la línea K del colectivo me dejaba cerca, así no voy a llegar a la inauguración.
-¿La del centro cultural?
–Sí, sí, esa misma.
-Ah, pero aquí en la plaza Néstor Kukurucho, van a poner una pantalla gigante y transmitir en vivo el evento.
- Ya me estoy cruzando, gracias maistro.

Mientras el joven se incorporaba al trote a la multitud militante, el viejo seguía su camino pensando en años más felices, donde la gente iba donde quería.