Presentación:

« Las palabras con las que nombramos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que percibimos o lo que sentimos son más que simplemente palabras. Y por eso las luchas por las palabras, por el significado y por el control de las palabras, por la imposición de ciertas palabras y por el silenciamiento o la desactivación de otras, son luchas en los que se juega algo más que simplemente palabras..»

Jorge Larrosa

viernes, 3 de enero de 2014

Tirador

Una sociedad cuyos cimientos se han corrompido al punto tal de que la misma justicia es cuestionable, espera como un castillo de naipes la más leve brisa para desmoronarse.
Era un hombre común, con un trabajo común, con una vida común, nadie habría sospechado nada de él, de hecho su existencia era ignota para casi la mayoría de las personas de su entorno. No se le conocían intereses ni iniciativas.
Eso si, era habido de los temas de interés nacional, conocía a cada funcionario y ministro publico, seguía a través del diario matutino y el noticiero central el devenir de las cuestiones del país.
A pesar de todo lo que ocurría parecía que todavía conservaba la esperanza en un mañana mejor, se negaba a darse por vencido ante la creciente e inmoral corrupción, que parecía haberse adueñado de todos los esquemas públicos y privados.
Pero entonces esa noticia parecía haber sido la ráfaga que golpeo al castillo de naipes, quizás por su ubicación en la pagina central del diario, a contra hoja de la niña que moría por desnutrición, ese funcionario que hasta antes de empezar su mandato tenia una modesta casa en el interior y un auto de serie, hoy se fotografiaba en su flamante mansión, o viajando en su deportivo importado, o peor aun vacacionando en esa playa selecta de Copa Cavana.
No tuvo que planear demasiado el asunto, estos personajes se sienten tan omnipotentes que suelen restregarle al público su impunidad.
Saco su reliquia del armario, ese antiguo Mausser semiautomático que perteneció a su abuelo, lo puso en su funda de transporte y se dirigió a la terraza de aquel edificio que por las tardes custodiaba, espero pacientemente, sabia que aquel personaje pasaría con su descapotable por la calle Arenales y que en el semáforo con Alberti, su posición era inmejorable para un tiro limpio y directo.
Abrió un chocolate, pero solo pudo darle un mordisco, ya que el automóvil rojo que esperaba, acababa de doblar la esquina. Acomodo el rifle, apunto a su objetivo y apoyo suavemente el dedo en el gatillo, solo dijo entredientes una frase "traidores a la patria", no hubo casi alboroto, el impacto fue perfecto, entro por la parte occipital derecha y en su recorrido despedazo todo el flanco izquierdo de la cabeza. Mientras llegaba la policía y los medios, guardo tranquilamente su herramienta y desapareció en las sombras.
Camino con la tranquilidad de que nadie investigaría por miedo de implicar a algún otro funcionario corrupto, debía descansar, tenia mucho trabajo por hacer.
Continuara...


2 comentarios:

  1. ¡Que linda manera de hacer catarsis Leo!!!! Porfi avisá si te llegan a hacer falta algunas municiones... ¡Muy bueno!!!

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