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e había despedido de los anfitriones con la
promesa de reencontrarse en la plaza de intercambio luego del trabajo, volvió a
su casa y se dispuso a descansar, podía hacerlo sentado en su confortable
estar. Con cuatro horas bastaría para recuperar su mente, si bien la simulación
se desarrollaba en interacción continua, el descanso de su intelecto era
indispensable para recomponer y afianzar las pseudos conexiones neuronales.
Se vio en medio de un
infinito piso de mosaicos, llegando a un domo transparente, acerco su mano y de
repente el domo sucumbió…No le extrañaba haber tenido un sueño, pero ahora que
tenia plena conciencia, las preguntas comenzaron otra vez a brotar de su
cabeza, ¿la simulación no era en si misma una especie de sueño? soñar dentro de
un sueño, evidentemente era posible, el mismo lo había experimentado, pero
¿Cuántos niveles podían alcanzarse así?
En esta y otras cuestiones cavilaba,
cuando sonó el timbre, se levanto a atender, abrió la puerta y allí encontró
una hermosa mujer. Vestía unos jeans ajustados y una remera corta de color
azul, que parecía reflejar el intenso color de su iris, su cabello ondulado
atado apenas dejaba caer unos oscuros rizos sobre sus mejillas. Se presento con
una voz amena y segura – Debes ser Juan José, yo soy Carla, tu enlace laboral,
si estas de acuerdo, te voy a acompañar a la zona laboral, en el camino podemos
charlar un poco, si te parece; y mientras le guiñaba un ojo, repregunto ¿Te
importa si te digo Juanjo? El asintió a medias, solo su maestra de primer grado
y su primer novia lo llamaron así.
Caminaban por la acera e iban saludando a
gente que iba saliendo de sus casas y tomaba su misma dirección, el movimiento
era continuo, pero nadie parecía apurado.
Ella le contó que hacia tres
años que esta allí, y que hacia apenas unos meses había dejado su puesto en los
puertos y trabajaba acompañando y asesorando a los recién llegados en la elección
de su empleo.
-¿Si esta es una simulación
hecha a medida, no debíamos pasarnos todo el tiempo disfrutando?, pregunto Juan.
Ella no pudo resistir reírse. – ¿No esperaras pasarte de vago tus días hasta el
infinito, no? -Nadie puede ser feliz sin ocuparse, sin ser útil para la
comunidad, es por eso que el trabajo es parte de la felicidad, no te preocupes,
te encontraremos algo que vaya con vos.
Entraron al gran edificio,
frente a la plaza, pronto se encontraron en un hall enorme, al final del cual podía
verse la entrada a los puertos.
Saludaron al joven que se
encontraba en la mesa de entradas, se anunciaron y tomaron el ascensor, los
pisos se sucedían vertiginosamente, hasta que se detuvo bruscamente en el piso
101.
Otro hall los recibió, pero
este conectaba con lo que parecían infinitas oficinas, caminaron unos metros y
entraron en una de ellas. Como todos los sitios que visitaba, la decoración era
minimalista, solo había aquello totalmente necesario, en este caso tres sillas,
un escritorio y una Terminal táctil sobre este ultimo. En una de las paredes había
un cuadro de un cántaro que derramaba todos los colores.
Carla lo invito a tomar asiento, y siguió la
conversación, - En que crees que te sentirías cómodo trabajando.- El respondió
de inmediato, en algo de poca responsabilidad; en su vida anterior había sido
director de un gran banco. –Algo, simple, continuo, - Pero en pueda ayudar a
las otras personas.
Tomándose la barbilla, Carla
contesto,- mmm, ¿Qué te parece trabajar en los puertos? Allí podrás conocer
muchos lugares, viajar, conocer y ayudar gente.
-¿Qué función cumplen los
puertos?, - Bueno, digamos que son el lugar de salida y de llegada desde aquí a
cualquier sitio que los habitantes de la simulación quieran ir. – Vos tendrías
que acompañarlos y asistirlos en sus viajes, serias una especie de guía para
los contingentes, ¿te gusta?
No tuvo que pensarlo
demasiado, era ese el lugar y el trabajo indicados, no solo podría ir donde
todos iban, quizás podría ir a lugares a los que nadie se había atrevido,
lugares que otros considerarían PROHIBIDOS.
Bien Leo, la trama es buena, el suspenso crece capítulo a capítulo, vas muy bien. Esperamos más. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Osvaldo!!!
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