Presentación:

« Las palabras con las que nombramos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que percibimos o lo que sentimos son más que simplemente palabras. Y por eso las luchas por las palabras, por el significado y por el control de las palabras, por la imposición de ciertas palabras y por el silenciamiento o la desactivación de otras, son luchas en los que se juega algo más que simplemente palabras..»

Jorge Larrosa

domingo, 9 de febrero de 2014

El oráculo

No era su costumbre visitar, ni consultar brujas, pero su amiga insistió en que la acompañara y no quiso decepcionarla. No creía en esas cosas, su mente racional se negaba a creer que todo estaba determinado y más aun que alguien tenga la habilidad de ver el futuro dibujado en las líneas de la mano.
Llegaron a la antigua casona y tomaron su lugar en la salita, estaba atestada de gente, algunas vecinas de barrio, pero la mayoría señoras pomposas acompañadas por alguna empleada, algún nieto o incluso algún amante.
Poco a poco el recinto se fue despejando, proporcionalmente al crecimiento de su fastidio, se preguntaba una y otra vez porque había aceptado venir, mientras usaba su teléfono para contestar correos de su trabajo.
Por fin la cortina se corrió y una mano los llamo a entrar, en el umbral de la puerta apareció un rostro curtido por el tiempo, de entrecejo severo y voz ronca, - ¡Uno a la vez! Dijo poniendo sus largos dedos marchitos en el medio de su pecho. Sintió un golpe de agua helada, retrocedió y se sentó a esperar.
Minutos después, su amiga salio mirando el piso, sin fijarse si quiera en el, su cara tenia un semblante devastado.
Otra vez la mano se asomo por el cortinado, esta vez lo señalo. Lentamente, mirando hacia atrás y a los lados se dirigió a la habitación contigua.
La vieja mujer estaba sentada, mirando hacia abajo, respiraba entrecortado. Tímidamente ocupo la silla vacía frente a ella, puso las manos sobre la mesa y al momento fueron atrapadas por esos fríos y añosos dedos. Se dejo hacer, poco a poco su respiración seguía el ritmo al de aquella mujer.
De pronto, la bruja empezó a musitar algunas palabras ininteligibles al principio, ya que sus labios parecían pegados, mas luego pudo entender. - Te ofrecerán un viaje, que no aceptaras, no busques más respuestas o te arrepentirás.

Llego a la oficina temprano, como siempre, y el día de trabajo transcurrió con normalidad. Poco antes del horario de salida su jefe lo llamo por el interno, -Te necesito en mi oficina antes de que te vayas.
Golpeo la puerta entre abierta, -Adelante, toma asiento por favor; le dijo su jefe mientras acomodaba una pila de carpetas que tenia sobre el escritorio.-Necesito que te encargues de la póliza de Alonso, hay que llevársela como siempre y hacérsela firmar.
De pronto recordó lo acontecido el día anterior, y no sabia si se estaba negando a hacer el viaje por lo que  se lo había dicho aquella vieja o si era por la razón lógica, Alonso era un viejo carcamañas que vivía en las afueras y cualquier pinche de temporada podía hacer el trabajo, el tenia cosas mas importantes que hacer.-Esta bien, me ocupo, pero me parece mas adecuado que vaya el novato, es preciso que se empiece a foguear. Una risa en común cerró el acuerdo y la conversación. Sin embargo, no olvido que lo predicho por la anciana se había cumplido, ¿como podía ser? Pensó en eso todo el viaje a casa.
Al llegar, llamo a su amiga, estaba preocupado por ella, no lo había esperado y no sabia nada de lo que había pasado en aquel cuarto, que le había dicho la profetiza y porque había salido así.
Del otro lado del teléfono, una voz llorosa lo atendió luego de varios intentos. –Me quede preocupado, ¿Por qué no me esperaste? ¿Estas bien? – No puedo hablarte, ni ahora ni nunca mas, no me busques, no vengas a casa…-Pero ¿Qué pasa?, no hubo respuesta, ella había colgado.
No podía dejar las cosas así, todo esto le parecía ridículo, se cambio de ropas, y salio presuroso, hacia la casa de su amiga.
Estaba en la vereda de enfrente, cuando vio que la vieja bruja salía de la casa de su amiga, cubierta en una manta de seda, dejando la puerta entreabierta.

Lo que sucedió luego, paso en solo unos segundos aunque la escena parecía durar mas tiempo, todo sucedió simultáneamente, él salio corriendo para interceptarla, tropezó con un adoquín de la calle, y mientras caía, la vieja volteo y sus miradas se cruzaron, una frenada brusca, el impacto, su cuerpo que caía y rebotaba en el empedrado, la sangre que brotaba de su cabeza cubría su visión, la mujer parada junto a él, su mano fria tomándole la frente, corridas, sirenas, los ojos que se le cerraban, la vida que se le escapaba en cada respiración entrecortada, la voz, esa voz ronca y seca, -Se lo advertí, no busque mas respuestas o se arrepentirá …

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