Presentación:

« Las palabras con las que nombramos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que percibimos o lo que sentimos son más que simplemente palabras. Y por eso las luchas por las palabras, por el significado y por el control de las palabras, por la imposición de ciertas palabras y por el silenciamiento o la desactivación de otras, son luchas en los que se juega algo más que simplemente palabras..»

Jorge Larrosa

domingo, 25 de septiembre de 2016

Precioso

Me había acostado temprano, quería llegar rápido al día de la entrega, se me hacía imposible dominar la ansiedad.
En las primeras horas, me levante varias veces al baño, como excusa para ver el reloj, lo miraba de costado como con desprecio, ya que parecía marchar más lentamente que lo habitual.
 Promediando la madrugada, me puse la bata encima y tome ubicación más cerca de la puerta principal, de cuando en cuando, miraba por la rejilla hacia el exterior, tratando de escudriñar la llegada del pedido.
Sentado en el sillón las luces callejeras cortadas por la persiana, iluminaban los minutos y las horas de esa espera angustiosa, que de a ratos tomaba respiros en un sueño intranquilo.
Fue a eso de las nueve de la mañana cuando el sol refulgía por los intersticios, que el timbre resonó, no podía acertar con la llave correcta en la cerradura, y hasta se me cayó varias veces.
El despachante traía una pequeña cajita forrada con papel madera, no recuerdo como llego a mis manos, quizás se lo arrebate, no recuerdo tampoco  haber firmado los papeles de uso, lo cierto es que me encontraba ahora sobre la mesita del estar, inseguro sobre cortar o romper el envoltorio.
¿Qué importancia tendría mantener en condiciones el cobertor y la caja? Después de todo, quizás esto me quite tiempo de dedicarle a mi nuevo aparato.
Por cierto, había olvidado por completo que había faltado al trabajo, ya era tarde para cualquier cosa, incluso para pretender un refriado o cualquier indisposición temporal.
No importaba nada, ahora lo tenía, lo observaba de cerca, desde varios perfiles y no podía dejar de sucumbir ante la perfección de sus líneas. Tenía que empezar la carga de la batería, ocho horas seguidas por lo menos, era lo recomendable para extender su duración y si fuera por mí, quería que dure para siempre.
Me esforzaba por no ceder a mis deseos de verlo encendido y permanecí inmutable durante todo el tiempo de preparación.
Ay!!! Cuantas horas y mis extremidades se habían acalambrado, la posición penitente hacia el hermoso aparato había entumecido mis rodillas. De a ratos apoyaba suavemente la cabeza en mi antebrazo poniéndome a centímetros de su perfectamente negra pantalla y me permita algún entresueño, algún lento y suave suspiro.
Por fin “carga completa”, pero no sabía si era conveniente empezar a usarlo así, sin funda, sin protector de pantalla, era un riesgo inmenso, ¿y si se caía?, peor aún, ¿y si se rayaba? Me era difícil pensar en cosa peor, en castigo más grande de parte de la providencia. Tenía miedo, un sudor frió empezó a ganar lugar en mi entrecejo.
Los minutos pasaban y no podía decidirme, la caja junto a manuales y cables que no eran esenciales yacía retorcida en el cesto de basura, habían perecido para no solazar al ahora protagonista principal de mis días. Tampoco podía empezar a usarlo sin correr un riesgo mortal, apretaba los dientes, iracundo.
Tome, una bocanada de aire, me concentre, me prepare apretando mi mano antes fuertemente, y lo tome, lo agarre suave pero firmemente entre mis dedos.
Ahora, si, la emoción era suprema, sin exagerar creo poder haber derramado alguna lágrima, que de seguro censure para no manchar la pantalla.
Encendio luego de varios minutos, e inicio el proceso de personalización, para saber todo de mi, para conocerme mejor que nadie, para guardar mi perfil, todo lo que soy, lo que quiero ser; para hacer mi vida más fácil, no me cabe en la cabeza como había hecho hasta ahora para vivir sin él.
A partir de ahora, me iría a dormir con su música, tendría a la mano la música, toda la música, pasaría horas tratando de decidirme, y a veces no podría hacerlo… ¿que escuchar? Por suerte, ahora me conocía bien, podría sin duda elegir por mi...
Podría contestar todos los correos, mensajes, crear grupos, hacer llamadas, si llamadas; llamar, llamar a todos. Podría instalar cuantas aplicaciones se me ocurran y actualizarlas sin pagar un centavo, solo necesitaría tiempo, pero ¿Qué vale el tiempo?…
Podría tener miles, que digo miles, millones de libros a mi disposición, no me alcanzarían las horas del día para leerlos a todos, pero podre tenerlos, seguramente los tenga, los guarde para mas adelante, para cuando pueda tener un rato, ahora, ¿ por cual empezar…?
Me levantaría con su alarma, apenas unas horas después de haberlo dejado bajo la almohada, lo arroparía conmigo, y dormiría conectado hasta en mis sueños. Podría llevarlo a la ducha pues era resistente al agua, y escuchar las noticias matutinas, incluso podría poder ver el clima y decidir que ropa ponerme, ya nunca mas me sorprendería el sol, ni la lluvia, ni siquiera el viento; si, ahora era más poderoso que el viento…
En el desayuno enviaría adelantaría trabajo, programaría reuniones, contestaría preguntas, participaría en foros, redes sociales…
Ah, pasar horas conectado a redes, mirando fotos y videos de otros, que exponen sus grandes miserias, sus pequeñas alegrías, yo también tengo para exponerme, para que me miren, para mostrarme.
Podre participar de campañas y petitorios, por la justicia, por el bien común, podre ser un ciber militante.
Podre escaparme a un lugar en el que nadie podrá entrar, podre recorrer lugares simulados, sin ver importarme ni nada de lo que me rodea…
Si!, podre comunicarme diariamente con amigos y familiares que no veía hace años, pero que ahora serán tan cercanos…
Tendré acceso a toda la información disponible, todos los conocimientos de la humanidad estar alcance de mi mano, sin esfuerzo, podre saber de todo, sin estudiar nada, podre opinar y opinar, no solo opinar también podre condenar…
La vibración, esa vibración, era como si el aparato no quisiera estar en mis manos, estaba ahora como perdido en mis pensamientos.
Mi rostro se endureció, apretaba los labios, abrí nerviosamente las manos y cerré los ojos mientras escuchaba el precioso aparato destrozándose contra el piso.



1 comentario:

  1. Hermoso,me mantuvo atenta a como seguía,pero el final me dio lastima la rotura del aparato.Te dormiste y se te cayo es lo que interprete no si esta bien mi deducción.

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